La silla Van Gogh, una pieza única incrustada con miles de cristales Swarovski y diseñada por el renombrado artista italiano Nicola Bolla en 2012, fue destruida por un visitante que perdió el equilibrio mientras intentaba tomarse una fotografía junto a la obra.
La silla, valorada en más de 80 mil dólares, era una de las piezas que se presentaba en el Palazzo Maffei de Verona, Italia.
Nicola Bolla es conocido por fusionar arte y extravagancia, creando esculturas que combinan materiales cotidianos con elementos de lujo. Su trayectoria destaca por explorar temas como la fragilidad y la vanidad, utilizando cristales Swarovski como sello distintivo. Sus obras han sido exhibidas en museos y galerías de renombre mundial, consolidando su posición como uno de los artistas contemporáneos más innovadores.
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Cuando una pieza de una colección museística es dañada, las leyes y reglamentos internacionales sobre patrimonio cultural establecen que el responsable del daño debe asumir los costos de restauración o indemnización. En muchos casos, los museos cuentan con seguros especializados que cubren este tipo de incidentes, aunque la negligencia puede derivar en acciones legales contra el visitante. Adicionalmente, los museos suelen incrementar sus medidas de seguridad para prevenir futuros accidentes, como reforzar las áreas restringidas o prohibir la fotografía cerca de piezas vulnerables.
El incidente ocurrió hace algunos meses, pero se dio a conocer apenas el pasado jueves 12 de junio, cuando la obra fue restaurada por el museo con la intención de dar un mensaje sobre el cuidado y valor del arte
“Compartimos este episodio no solo para que conste, sino para iniciar una verdadera campaña de concienciación sobre el valor del arte y el respeto que merece. Nuestro más sincero agradecimiento a la policía, a nuestro departamento de seguridad y a los restauradores, cuyo valioso trabajo permitió recuperar la obra”, dice el Palazzo Maffei.