Ser swinger no es sinónimo de ser infiel. La práctica swinger es mucho más que un mito; no sólo existe, sino que su ejercicio implica una serie de características muy específicas con las que no cualquiera cumple. Revista 360º – Instrucciones para vivir en Puebla platicó con tres especialistas que desde su punto de vista nos desvelan este secreto a voces, este callado escándalo.
Al cuestionarlos sobre la infidelidad, nuestros expertos concordaron en que el asunto no es por qué somos infieles sino más bien por qué somos fieles. Atendiendo a nuestra naturaleza animal, pertenecemos al reducto de las especies que tiene sexo por placer; en consecuencia, podemos decir que somos naturalmente polígamos. Sin embargo, como seres racionales, podemos tomar la decisión de ser fieles, de modo que la naturaleza animal no tendría que ser pretexto para ser infieles. Se dice que en una infidelidad no duele tanto la traición sexual como la mentira. Lo cierto es que, por trillado que se escuche, cada cabeza es un mundo y cada quién sabe qué le duele y cómo quiere sanarlo. Por otro lado, la práctica swinger tiene una naturaleza independiente de lo que comúnmente llamamos “infidelidad”; para entender por qué, cedo la voz a nuestros especialistas:
Betzabé Vancini (Psicóloga)
En una relación swinger existe una negociación de “tú y yo vamos a ser una pareja estable, pero podemos tener relaciones sexuales con otras personas”. Además de que este tipo de relaciones están basadas en una especie de “equidad”, en el sentido de que ambos tienen el derecho a disfrutar de su sexualidad en la misma medida. Hay, desde luego un toque de malicia o de perversidad, si así se quiere ver, pero de fondo debe existir esta negociación.
Te voy a dar unas pequeñas estadísticas para entender al poblano y su conducta sexual: Puebla es la segunda ciudad a nivel nacional con moteles temáticos. Eso quiere decir que al poblano le encanta la variedad, y aunque por un lado diga que no le gusta experimentar, por otro es evidente que le gusta pagar por tener experiencias exóticas. También somos la segunda ciudad a nivel nacional en contratación de prostitución travesti…ahí ya entramos a otros gustos más diversos y, en lo que sí ocupamos el primer lugar a nivel nacional es precisamente en el tema swinger; ni siquiera la Ciudad de México nos supera. Hay organizaciones swinger de la capital del país que tienen su sede aquí en Puebla, hacen sus clubes súper exclusivos con una previa investigación muy detallada de los antecedentes de la pareja para aceptarlos o no, y desde luego ahí podemos encontrar apellidos famosísimos en la Puebla de toda la vida.
Entonces sí tiene su grado de perversidad, cuentan con unos ritos de iniciación bastante pesados, además de que en algunos casos son una forma de hacer negocios con varios millones de por medio, y van desde contratos gubernamentales, empresariales, etcétera. En Puebla, por ello, este movimiento se da en las élites, nunca en las clases media ni media-baja. Mucho de lo que alegan los swingers es que no se sienten dueños de la otra persona y están en contra de los discursos machistas de posesión, pero en realidad sí, porque para entrar en un club swinger lo primero que tienes que hacer es presentar tu acta de matrimonio real, entonces sí estás utilizando un título de propiedad para intercambiar tus propiedades, sea hombre o mujer, no importa: lo estás viendo como objeto intercambiable.
César Ávalos (Psicólogo)
Los swingers no son infieles, se puede llegar a creer eso porque tienen actividad sexual con otras parejas, pero no lo son, ¿por qué? Porque todas las parejas swinger establecen acuerdos, del mismo modo que las parejas monógamas. Algo que se ha visto es que una gran cantidad de parejas swinger tienen el acuerdo de “podemos tener relaciones sexuales con otras personas siempre y cuando sea en un espacio acordado y con ciertas reglas”. Estas reglas pueden ser cosas como estar los dos presentes durante el acto, o igual y no en el mismo espacio pero sí en la misma fiesta, o “no puedes ir a un evento swinger sin que yo me entere”. En fin, el punto es que hay acuerdos de por medio y sólo a través de ellos es que pueden tener relaciones sexuales con otros, sin embargo, romper estas reglas se considera, como en las parejas monógamas, una infidelidad, una traición. Lo que cambia en este sentido es que el acuerdo de monogamia sexual exclusiva varía para permitirse la no-monogamia sólo bajo ciertas condiciones, fuera de eso, romper el acuerdo es igual que en las parejas monógamas. Pero igual habrá parejas que prescindan de las reglas y digan “bueno, vamos a tener relaciones con quien sea sin problemas”, que también es válido.
Jafet Guerrero (Sociólogo)
En estos tiempos, las relaciones amorosas son más fugaces de lo que nuestros abuelos se lo pudieron haber imaginado. Hay relaciones de un mes o una semana, donde parece increíble que alguien pueda de verdad llegar a sentir amor. Es más, incluso con las relaciones de una noche, se dice que “hicieron el amor”. Sin embargo, los swinger dicen vivir un amor libre y, a su modo, verdadero, incluso lúdico si así se quiere ver. Los swinger afirman vivir su relación de manera más sana, aunque la sociedad la considere una enfermedad; para justificar esto basta con recordar que si el otro consiente, no hay perversión.
Los swinger, entonces, presentan una disociación evidente e incluso necesaria para realizar sus actividades. De este modo, deben ser lo suficientemente hábiles para separar los sentimientos de sus actos. Ellos mismos ven esto como un beneficio, pues consideran que así no incurren en infidelidad ni en adulterio en el sentido moral de la palabra. Se puede decir que estas prácticas abren la puerta a una nueva forma de fidelidad y de sexualidad, de cierto modo más plástica y divertida.
No me gusta entrar en clasificaciones, pero si de ello se trata, puedo decirte que las características básicas de este tipo de parejas son las siguientes:
- El sexismo es menor en su relación.
- Tienen una comunicación más eficaz e íntima.
- Se comprenden mejor a sí mismos y entre ellos.
- Están más satisfechos y gozan más su estado emocional.