[su_heading]Carina Hernández [/su_heading]
El lugar de trabajo de Martha se ha ido, se lo llevó el sismo. “Más de 20 años trabajando en la estética y hoy nos dicen que tardarán dos años para reparar el negocio. Por eso mejor saco mis herramientas de trabajo, sin ellas ¿cómo voy a trabajar?”.
Todos los días abría su pequeño local cerca del Centro Histórico de Puebla, pero después del 19 de septiembre no volverá a pisar debido a las grietas que quedaron en la casona tras el fuerte sismo.
Martha, con los ojos delineados de color verde y luces doradas en el cabello que lo hace parecer más claro a simple vista, lleva un espejo en la mano para echarlo en una caja de plásticos donde guarda, poco a poco, el equipo necesario para cortar cabello.
Sus manos van cubiertas de polvo, se recoge el cabello de la frente y con una voz entre cortada comenta que no le queda más que cambiarse a otro local. Se irá, dice, al de su comadre, que está a unas cuantas calles de la 12 Oriente y 2 Norte.
“Todos nos vamos a ir, el de las cemitas que lleva 25 años aquí, el de la óptica y el de la joyería también se van, ya nos dijeron que van apuntalar, pero no podemos arriesgarnos. No sabemos qué pasará con el de la imprenta que está enfrente porque él ya lleva 47 años”.
Falta un local más por acordonar en la vieja construcción que data de 1810, se trata de una pastelería de reciente inauguración.
La dueña del negocio es Claudia, una chica de poco más de 30 años que prefiere regalar los pocos pasteles que tenía a la venta antes del temblor que provocó el cierre temporal de los establecimientos.
A diferencia de Martha; Claudia espera que las cosas mejoren y probablemente en unos cuantos días pueda abrir.
Aunque sabe que si todos sus vecinos comerciantes se van las ventas bajarán, lo que la orilla a considerar que su nuevo proyecto se venga abajo, o por el contrario buscar de nueva cuenta otro local para vender pasteles y repostería.
Después de contar sus proyecciones, Claudia sacó los pasteles del mostrador para repartirlos entre los voluntarios del Zócalo que preparan despensas para los afectados en zonas aledañas a la capital.