Con el argumento de que son de diferente clase social, los padres de familia de la escuela primaria estatal “Cadete Juan Escutia” (en Prados Agua azul) se oponen a que niños de diferentes escuelas públicas, que resultaron afectadas por el sismo, utilicen sus instalaciones a pesar de que los estudiantes no comparten horario.
Desde el día del temblor -19 de septiembre- más de 70 escuelas se quedaron sin clases y por lo menos dos, ubicadas en el Centro Histórico, (Leona Vicario y Héroes de la Reforma) dejarán de fungir como centros educativos, según han informado autoridades estatales.
Todos los días, los niños foráneos acuden desanimados a clases por la exclusión de la que son objeto de parte de los padres de familia que acuden a recoger a sus hijos, como lo confirmaron fuentes oficiales que laboran en la escuela Juan Escutia.
El nivel de discriminación es tal que únicamente se encuentran con sus detractores en la entrada y salida de unos y otros, pero con eso basta para arruinarles su día.
Y es que la escuela Juan Escutia sólo ofrece clases en la mañana y los jóvenes foráneos llegan por las tardes, así que las clases no se juntan en ningún momento.
La mañana de este miércoles, la Sociedad de Padres de Familia de la escuela Juan Escutia se reunió para recabar firmas y exigir a las autoridades que no se reciban a los niños de la otra institución, como se aprecia en el video.
Tan es así, que las instalaciones son el único servicio que se les concede a los estudiantes que no pertenecen a la Juan Escutia. Y a los que se refieren como «niños antorchos del mercado» o «niños del parral».
Aún con esto, los padres de familia fragmentan a los estudiantes y rechazan prestar las instalaciones de la escuela a la que asisten sus hijos.
Así, en tiempos de unión como país, unos se dividen con razones que aparentemente ya estaban fuera del imaginario. Las instituciones que se encargan de defender a las personas, están fuera por ahora, y los únicos que luchan por los derechos de estos jóvenes se pierden entre voces.