Por Pietris Peralta Langholz
¿Cómo están, mi gente bonita? Bienvenidos nuevamente a esta pequeña columna de mis múltiples pensamientos abiertos a la opinión pública, a libro abierto.
Hace poco, en un desayuno con mis amigos, estábamos platicando sobre motivadores de vida, y llegamos a la temida pregunta que todo adulto se hace: «¿qué te motiva a levantarte por las mañanas?». Muy sorprendida con mi respuesta, llegué a la conclusión que gracias a Dios, Buda o Alá, mi motivación por las mañanas soy yo misma. Al respecto, haciendo un pequeño recorrido por los fantasmas de las relaciones pasadas, estructuré en mi loca pero inteligente cabeza un extraño concepto que sería algo parecido al más puro y sano egoísmo que un ser humano podría tener: “te amo, pero no te necesito”. ¿Cuántas veces no nos hemos topado con aquel amiga o amigo con mal de amores (incluso nosotros mismos) que llega con el típico: «es que me hizo esto o me hizo aquello», cuando a veces se nos olvida que todo, absolutamente todo en esta vida es personal, así que, mi querido lector, si conoces a alguien que esté atravesando por esta etapa o tú mismo estás en ella, o simplemente quieres alcanzar el pequeño nirvana del día a día, espero que este concepto te sea de ayuda.
“Te amo, pero sin ti estaría igual de bien”, a simple vista no me ama, qué egoísta, etcétera, pero a lo que me refiero va más allá de un concepto hacia el otro, se llama «amor propio», conocido también como autoestima. Si te dieran a elegir a una persona que está contigo por necesidad o porque te ama, ¿a cuál elegirías? Te hice pensar, ¿verdad? Si tu respuesta fue por necesidad, querida persona, déjame decirte que estás muy alejado del concepto que te presento, pues lo ideal es que una persona completa, plena y feliz esté contigo por amor y no por codependencia; depender de algo no es malo siempre y cuando no sea vital para tener una vida plena sana y feliz. No, no he encontrado el elixir de la eterna juventud, ni la respuesta a qué hacemos aquí, tampoco descubrí el secreto de la vida en pareja, simplemente me he topado con muchas situaciones en mi vida que me han hecho aprender lo dicho. Esto tampoco quiere decir que jamás tendré una relación, o hijos, o que viviré de grinch sin nadie, simplemente es una forma de amor puro hacia uno mismo y a la persona que decidimos elegir como pareja. Cuando una relación se torna tóxica, antes de voltear a ver qué ha hecho el otro, debemos hacer una introspección muy profunda y personal que nos haga reflexionar: «¿por qué estoy actuando así y por qué permito que alguien afecte mis emociones?», porque al final del día, ¿a poco no es bien rico estar enamorado? Y si estamos bien nosotros y nuestra pareja, aún más, así que sin más preámbulo aquí te dejo esta pequeña guía de inicio
- Come sano, en serio, no puedes comer garnachas todos los días, algún día el cuerpo te va a pasar factura, y si eres un buen godínez ya te sabes el truco de los toppers, sin mencionar que en esta época todos están vendiendo deliciosa fruta en las esquinas, ya sea que seas vegan, carnívoro, omnívoro o vivas de osmosis, ¡come sano!
- Haz ejercicio, en verdad, lo de las endorfinas sí funcionan.
- Ayuda a quien puedas, hasta donde puedas y sea sano para ti y no afecte tu camino.
- Toma terapia. No hay cosa más sana en esta vida que conocerse a uno mismo: «¿por qué me gusta lo que me gusta?, ¿cómo es posible que a veces sabemos hasta qué dona le gusta a los demás pero no sabemos por qué tu color favorito es el azul?
- Medita. No, no quiero que te rapes la cabeza y te vuelvas budista, simplemente la meditación es una poderosa herramienta para entrar en contacto con nosotros mismos.
- Arréglate, si eres mujer no es necesario que te maquilles como payaso, y si eres hombre no necesitas andar de traje todo el día, pero procurar estar limpio, oler rico, traer tu ropita limpia siempre te elevará la autoestima, ¿a poco no cuando nos deprimimos andamos todos sucios, con ese pants que todos amamos que ya tiene hasta hoyos pero no lo dejas?
- Mantén tu espacio personal limpio. Sí, sobre todo yo que soy desordenada sé que no siempre es posible, pero empezar poco a poco te creará un hábito.
- Ten horarios o algo siempre que hacer, así sea hacer tu tarea ir al gimnasio, al trabajo o limpiar tu cuarto, ponte horarios, el control siempre ayuda.
- Baila, escucha música, baila en un antro, en la regadera, con tus amigos, en tu sala en calzones, eso sí: fíjate antes que no esté nadie o que no haya vecinos viéndote, se trata de libertad, no de libertinaje. Ahora que, si eres exhibicionista, ¡date!
- El último, pero el más importante: sonríe. Como dirían en la película de Comer, rezar, amar: «sonríe con la boca, sonríe con el corazón, incluso sonríe con el hígado».
Así que, mi querido lector, mi gente bonita, te recomiendo seguir estos simples pero efectivos consejos que, te garantizo desde mi linda y bella experiencia de vida, sí funcionan.
Como es costumbre, termino esta columna escrita con mucho amor para ustedes y citando al sabio Zeus Munive:
«El mejor aroma que existe en el mundo no es un Chanel, tampoco el olor a coche nuevo, sino un autoestima sano».
Sean felices.