En el ejido de Tecoltemi, municipio de Ixtacamaxtitlán en la Sierra Norte de Puebla, viven unas 400 personas, la mayorÃa de ellas es de edad avanzada, se abastecen del campo, se conocen todos, intercambian sus cosechas, entre ellos limpian la clÃnica de la comunidad, su iglesia y las dos escuelas que tienen.
El poblado está a unos 40 minutos de la cabecera municipal, San Francisco, el camino es de terracerÃa y de subida. El ejido está aislado de la civilización pero pegado con la naturaleza.
En sus caminos reposan una infinidad de restos arqueológicos, pues la tierra formó parte del SeñorÃo de Ixtacamaxtitlán que hizo frente a Hernán Cortés, como lo narran una de las Cartas de Relación.
AquÃ, en el seno de la serranÃa poblana, la SecretarÃa de EconomÃa emitió en marzo de 2003 y febrero de 2009, dos concesiones mineras a favor de empresas filiales a la canadiense Almaden Minerals Ltd.
Ambas concesiones coinciden en la superficie de terrenos de Tecoltemi, pero los pobladores se enteraron hasta después de 2010, cuando vieron a personas extrañas haciendo mediciones sobre sus terrenos.
En abril de 2015 la comunidad presentó una demanda de amparo, acompañada por el Consejo Tiyat Tlali y por Fundar, en contra de dichas concesiones.
El argumento fue sólido: la violación al derecho a la consulta y al consentimiento, asà como al derecho a la tierra y al territorio.
La demanda (445/2015) fue admitida y concedida, la juez decretó la suspensión inmediata de todo acto que derivara de las concesiones mineras, mientras se dicta sentencia definitiva en el juicio.
Después de dos años y medio de litigio legal, la empresa canadiense busca terminar el juicio: le ha informado a la SecretarÃa de EconomÃa que se desiste de los polÃgonos de Tecoltemi. Y sin concesiones, se acaba la materia del juicio.
Aunque este desistimiento de las concesiones es un logro para Tecoltemi, el asecho de la minera continuará en Ixtacamaxtitlán, pues casi el 70 por ciento del municipio está concesionado a la minerÃa.