[su_heading size=»21″]ROCK PRIVADO[/su_heading]
Recuerdo cuando a la gente de Judas Priest se le ocurrió dejarse crecer unos caireles, empezar a utilizar guitarras sintetizadas y editar el Turbo. Para los metaleros fue algo así como una traición, porque: “¿cómo se les ocurre ponerse a hacer música comercial?”, eso simplemente no tiene cabida en el supuesto compromiso moral de una banda de Heavy Metal. Lo mismo le pasó a Def Leppard un año después con el Hysteria, lo cual pareció no importarles porque acabaron vendiendo millones de discos y llegándole a un enorme volumen de público, cosa que jamás hubieran imaginado cuando empezaron su carrera en Sheffield.
En pleno 2017 los progresivos piensan algo similar cuando escuchan el nuevo disco de Steven Wilson, To The Bone. Pareciera que es obligatorio que siempre la evolución musical sea hacia algo más complejo, más intrincado y más demandante para los escuchas, particularmente cuando se habla de la figura más visible del progresivo contemporáneo.
¿Realmente debe existir ese compromiso? Creo que debemos aceptar que solo Robert Fripp va a seguir evolucionando y que el resto de los músicos en algún momento van a responder a sus intereses comerciales aunque no nos guste ver a bailarines de Bollywood en sus videos, o que aparezcan en el “Venga la Alegría” británico o mucho menos que mencionen a ABBA como una de sus “principales influencias”. Los grandes del progresivo ya pasaron por ahí y ahora es el turno del famoso Mr. Wilson.
Si todo esto sirve para volver a poner al Rock Progresivo en la mente del gran público, pues bienvenido sea. Que nos guste o no es otro tema.
¿Alguien sabe cuándo terminan de arreglar los puentes que están pasando la caseta de Amozoc? Llevan todo el año y las colas siguen llegando hasta Tepeaca.
La Recomendación de la semana: Opia (Australia) – Eon (2016)
Rock Privado: Jueves 8 PM, 96.9 FM
Radio BUAP. www.radiobuap.com