Pues bien, la pregunta aquà es ¿por qué Claudia Rivera ha recibido tantos ataques por parte de sus correligionarios? En especÃfico de José Juan Espinosa y Gabriel Biestro. Incluso de personajes cercanos a Alejandro Armenta, Luis Miguel Barbosa y, faltaba más, Fernando Manzanilla.
La respuesta es simple y llana: envidia.
Exacto, usted pensó bien: la envidia es un pecado capital y de los peores. ¡Válgame Dios SantÃsimo, por los clavos de nuestro Señor Jesucristo!
Al ganar la capital y al imponerse sobre Eduardo Rivera -la carta más fuerte del PAN en la ciudad-, Claudia Rivera estrenarÃa la reelección en el 2021 y, por ende, tendrÃa boleto para contender en el 2024 por la gubernatura.
Uno de los señalamientos que más hacen contra Rivera Vivanco es que supuestamente es cercana o conocida de Martha Erika Alonso Hidalgo, la gobernadora electa de Puebla. Hay gente de Morena que incluso dice que el morenovallismo ayudó a Claudia Rivera para sacar de la contienda a su archienemigo Eduardo Rivera Pérez.
Fuera de chismes, dimes y diretes, la realidad es que la alcaldesa electa de Puebla tiene boleto para el 2024. La ciudad de Puebla, pese a los altos niveles de inseguridad, es la mejor carta de presentación, y el contacto directo con los colonos de la Angelópolis la pone muy por encima de muchos aspirantes a Casa Puebla.
La segunda razón de los señalamientos es que Morena es un partido de reciente creación y, por lo tanto, muchos de sus integrantes piensan como “de oposición»; no saben ser gobierno. Pero esto no es raro, la izquierda mexicana es sectarista por tradición y es muy fácil que se dividan entre ellos, acusándose mutuamente de ser emisarios o espÃas del gobierno… aunque ahora sean del propio gobierno.
Lo más grave es que si los morenistas poblanos siguen con esa actitud, ellos serÃan los principales perjudicados. Si es que quieren seguir gobernando, les conviene tener una alcaldesa fortalecida, ya que de eso depende que en el 2021 mantengan al menos las diputaciones locales y federales, además del Palacio Municipal.
Tampoco la va a tener muy fácil Rivera Vivanco. Y no es que sea difÃcil gobernar a los poblanos, es que es imposible. Somos tan cambiantes como nuestro clima: nada nos satisface y siempre le echaremos la culpa de lo que nos pase a nuestras autoridades, con o sin razón.
Claudia Rivera, al parecer, lo tiene muy claro y por eso desde que ganó la contienda buscó acercarse y reunirse con muchos sectores sociales, empresarios, investigadores, universitarios, periodistas, con el gobernador Tony Gali y con el alcalde Luis Banck, con quien inició una transición de terciopelo.
En el caso de la ciudad, cada vez se nota más la entrega de la estafeta del poder entre el alcalde saliente y la alcaldesa electa. Claudia Rivera tendrá que enfrentar dos pruebas de fuego una vez que rinda protesta: la inseguridad que azota en la capital desde al menos tres años para acá y los ambulantes que saldrán a vender sus productos el uno y dos de noviembre por DÃas de Muertos.
Si los comerciantes levantan sus puestos sin presiones y sin violencia, será la primera muestra de poder que revele la alcaldesa, situación que no le gustará nada, nadita, a sus correligionarios que también quieren gobernar Puebla.
Y no hay que echarle mucha mente al tema si vemos que entre los que también tienen boleto para el 2024 están: Alejandro Armenta, José Juan Espinosa, Fernando Manzanilla, Luis Miguel Barbosa (si es que se mantiene el resultado y el Tribunal Electoral ratifica a Marta Erika Alonso).
Es obvio que falta mucho, muchÃsimo tiempo pero, no obstante, asà están las cosas después del triunfo del pasado 2 de julio. Y es que como se ve, como ese presidencialismo que se reinventó y se fortaleció, a lo mejor sà se echan dos sexenios.
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Y mientras en Morena se están peleando a nivel federal y local, quien sà supo jugar bien sus cartas fue el rector Alfonso Esparza, pues dirán lo que quieran sus adversarios, pero su rectorado está más fortalecido en este 2018, ya que la Universidad Autónoma de Puebla se mantuvo al margen del proceso electoral.
DifÃcil reto tenÃa Esparza, ya que a pesar de que muchos académicos y universitarios son simpatizantes de varios partidos polÃticos, la máxima casa de estudios se condujo en un ambiente de pluralidad y de respeto hacia los contendientes.
Esparza ha actuado de manera inteligente al sacar la polÃtica partidista de las aulas, a sabiendas que muchos universitarios militan activamente en el PAN, PRI, PRD y ahora en Morena. Su informe de labores será en un mes y es casi un hecho que entregará buenos resultados.