La libertad fuera de Twitter sirve muchas veces para tomar distancia. Una cosa es lo que se dice y se comenta en el patio tuitero, y otra lo que sucede fuera. Es un micro mundo donde todos siguen a sus tribus favoritas.
¿Por qué se habla tanto de Twitter en los medios de comunicación? Porque los periodistas son los más activos, básicamente. Algunos siguen la línea de su respectiva empresa, y más que bridar información, opinan y crean juicios. Otros decidieron ejercer el periodismo bajo su propia marca y ocupan el patio twittero para hacer catarsis.
Aquí, por cierto, se habla poco de la cepa ególatra, pero eso ya es otra historia y más pandémica de la profesión.
Según los datos: la red del pajarito acumula 4,103 millones de usuarios en México, de las cuales 2,480,000 (60.44%) están activos. Pero esos 2 millones bastan para crear una verdad absoluta, que muchas veces, es solo un espejismo.
Un efecto que describió en un artículo científico de 2016 la profesora Kristina Lerman, explicó que, por error, damos por cierto todo lo que gira a nuestro alrededor: lo que nuestros amigos piensan es lo que realmente piensa la mayoría. Y no está bien. Uno, generalmente, se rodea de gente que opina como uno mismo: escucha las mismas emisoras, lee los mismos periódicos, se informa en los mismos canales televisivos, sigue prácticamente a los mismos perfiles. Y no está bien. Un grupo pequeño hace suponer a toda la red un pensamiento único, el espejismo de la mayoría demuestra que el ruido de un grupúsculo logra imponerse ante el resto.
La recomendación es que cuando un tema de mucho de qué hablar, leas todo lo que hay que decir al respecto en diferentes fuentes.
Con información de El país