El 13 de diciembre Uber cambió sus términos y condiciones, entre ellos figuran la renuncia a garantía de buen servicio y también a la responsabilidad de riesgos o daños a los usuarios.
Con las pasadas polémicas en las que se vio envuelta la empresa de chóferes privados, Uber estuvo a un paso de ser expulsado de la ciudad de Puebla. Y las restricciones que se le aplicaron a la compañía en el estado no dejaron felices a la firma.
Las medidas limitativas que se le impusieron se debieron a los casos de feminicidios ocurridos en Puebla durante el mes de septiembre con Cabify, seguido de Uber mismo.
Ahora la empresa californiana se ampara con nuevas medidas que no harán a la firma directamente responsable de cualquier incidente que ocurra en cualquiera de sus viajes.
Además, la firma pretende mantener su definición como una empresa tecnológica y no como un servicio de transporte.
“Usted reconoce que Uber no presta servicios de transporte o de logística o funciona como una empresa de transportes y que dichos servicios de transporte o logística se prestan por terceros contratistas independientes, que no están empleados por Uber ni por ninguna de sus afiliados”
Y tampoco se compromete a garantizar la cobertura de daños por accidentes o robos dentro de sus unidades enlistadas en la plataforma, ni a usuarios, ni a chóferes.
“Uber no será responsable de daños indirectos, incidentales, especiales, ejemplares, punitivos o emergentes, incluidos el lucro cesante, la pérdida de datos, la lesión personal o el daño a la propiedad, ni de perjuicios relativos, o en relación con, o de otro modo derivados de cualquier uso de los servicios, incluso aunque Uber haya sido advertido de la posibilidad de dichos daños”