[su_heading]Marco Calderón [/su_heading]
Los habitantes del edificio número 8 de la calle Miguel López Pérez en la colonia Manuel Rivera Anaya continúan a la expectativa de lo que sucederá con sus viviendas.
El inmueble resultó dañado de forma particular en la parte superior, donde se ubica el tanque de agua. Parte de la pared que recubre este depósito se vino abajo por causa del sismo del pasado martes, lo que ocasionó alarma entre los vecinos del edificio.
Desde el mismo 19 de septiembre por la tarde, los colonos llamaron a la línea de atención ciudadana de Protección Civil Municipal, sólo para encontrar prórrogas, justificaciones incoherentes y, al final, el bloqueo completo de sus llamadas.
Hasta el sábado 23, cuatro días después del siniestro, los funcionarios acudieron a la unidad habitacional para valorar los daños que había provocado. “¡Son chingaderas!”, dice Rosa María López, familiar de uno de los vecinos afectados, “estos huevones nada más vinieron a pasear y a decirnos que nuestras viviendas no tienen nada, que no tengamos miedo”.
Al paso de los días, los habitantes del edificio han visto cómo las afectaciones en paredes y pisos de sus viviendas se han acentuado, por lo que han decidido abandonarlas y pedir asilo con algún familiar. “Ahorita mi hermana y sus niños tuvieron que venirse a quedar conmigo” agrega Rosa María, “y seguro que esto va para largo, porque no supieron resolvernos nada y ahorita no necesitan votos los cabrones, así que seguro ni les va a importar”.