Hay en la actualidad tantos libros sobre “cómo ser un buen periodista” que la aparición de uno más no tendría que ser objeto de comentario. Bien, Un oficio de fracasados de Rodolfo Serrano no es tal. No es un manual y ni siquiera una historia crítica del ejercicio periodístico, se trata de 148 páginas de la más disfrutable herejía sobre un oficio que pareciera atomizarse y desaparecer con las nuevas tecnologías, pero sigue vivo y peleando su lugar en el mundo.
Serrano le dedicó 25 años de su vida al que en su momento fuera el más prestigioso diario de habla hispana: El País. Durante toda su carrera fue testigo privilegiado de sucesos que marcaron la historia reciente de España y con buena parte de esas vivencias realizó el libro que hace poco presentó en México, país que no se pensaba como destino de esta publicación.
Fue gracias a Humberto Musacchio que las palabras de Serrano pudieron cruzar el Atlántico. Hace varios años, durante un viaje a Madrid, el periodista mexicano se topó con este libro que desde el título llamó su atención. Esto tenía que publicarse en tierras aztecas, y así sucedió. Editado por Luna Media Comunicación, Un oficio de fracasados ha iniciado con pie firme su andanza americana con pie firme, provocando desde el título a sus lectores que no tardan en devorar sus páginas cargadas de humor y amenidad.