La madrugada del sábado, Juan José circulaba camino a su casa en bicicleta después de un día de trabajo en la gasolinería, avanzaba rápido por la ciclopista de la Vía Atlixcáylot mientras la oscuridad y el cansancio le impedían estar completamente prevenido de cualquier situación.
Así, en el descenso del puente para bicicletas que está frente a la Ford Rivera de Angelópolis, el hombre de 33 años cayó en un socavón que provocó una obra de Agua de Puebla que, se supone, garantice el suministro de agua en la zona.
A las 2 de la madrugada del sábado 21 de octubre, Juan José perdió la vida.
Ahora, sobre el mismo lugar que fue testigo de su muerte se colocará una bicicleta blanca en su memoria. Para que quienes pasen por ahí lo recuerden y que siempre tengan en mente que como la vida es frágil, los caminos a casa no siempre son óptimos.
Las bicicletas fantasmas son colocadas en el sitio donde un ciclista ha sido atropellado, o bien, ha muerto por algún accidente en su camino.
Su origen está en Missouri, Estados Unidos, cuando se colocó la primera bicicleta pintada de color blanco, los automovilistas comenzaron a ser más precavidos para manejar y a tener mayor consideración con los ciclistas.
Por homenaje, memoria y denuncia, las bicicletas blancas seguirán en las ciudades, donde los conductores más vulnerables han perdido la vida. Sólo esperamos que cada vez sean menos los accidentes y las tragedias que envuelven a esta comunidad.