Levanto un caballito de tequila. Digo salud. Hemos cumplido 10 años. La Revista 360 Grados Instrucciones para vivir en Puebla logró lo que pocas publicaciones en su género han obtenido: un primer decenio.
2017 ha sido un año difícil. Llegar a cumplir nuestro primer décimo aniversario ha sido sangre, sudor e incluso lágrimas.
Hemos pasado por todo, y por todo es por todo. Hemos tenido grandes colaboradores y hemos tenido trabajadores que, no es que uno los busque, pero también nos han traicionado.
Hemos tenido números geniales o portadas históricas como la de Paco Fraile, el viejo pastor de los panistas, entrenando box.
Hemos estado en medio de crisis económicas y políticas: en el 2010, el aparato marinista encabezado por Javier López Zavala y utilizando la estructura de la BUAP, a través de Damián Hernández y Enrique Agüera trataron de desaparecernos.
Hemos pasado por excelentes momentos. Hemos disfrutado las glorias del éxito y hemos mordido la lona. Hemos tenido grandes aciertos y debemos admitir que también hemos cometido algunos cuantos errores.
El camino del periodismo es como un combate de box: se trata de soportar los doce rounds lo menos lastimado y lo menos sangrado posible y si de pronto mordemos la lona, tenemos que levantarnos antes de que cuenten diez.
No importa si es que no se gana la pelea, el chiste es resistir, nunca caer por nocaut y mucho menos aventar la toalla.
El entrenamiento, para soportar la pelea, es diario, no hay oportunidad para desvariar porque hay consecuencias y sí las hemos vivido.
No se trata nada más de subir frases idiotas a Facebook o de ganar likes por ganar likes a lo tonto. Se trata de subir, de crecer, no de llegar a la cima sino de quedarse ahí toda la vida.
No le crean a aquellos que dicen tener grandes negocios y que nunca hayan tropezado, eso es falso. A menos que laven dinero del narco o del huachicol (ahora que está de moda), pero no, no es así. Algunos piensan que las revistas sólo se hacen con el pensamiento y justo cuando se están pensando están saliendo de la imprenta.
No, hacer una revista es todo un proceso creativo. Va desde la planeación que incluye una lluvia de ideas. Tener un tema principal. Trazar una ruta crítica. Arremangarse la camisa, aflojarse la corbata y poner manos a la obra. Pagar Internet, luz, agua, renta, salarios, colaboraciones, papel de baño, jabones, productos de limpieza, diseño e impresión. Pagar impuestos y repartir revistas.
Pese a todo esto, hacer una revista es apasionante. Alguna vez, escribí que es como tener un hijo, y cada mes que llega la revista de la imprenta es abrir las cajas, sacar un ejemplar, ponerlo en la mesa y verlo, revisarlo con cuidado, ver que la impresión quedara en buen estado, comentarla, volverla a ver.
Como todo hijo para uno es bello. El olor de la tinta es para los que nos dedicamos a la industria editorial una droga, un perfume, no dejamos de mirar, de hojear, de oler nuestro propio producto. Es nuestro hijo.
Y esperamos, a veces, una respuesta sin respuesta una vez que la revista está en los kioscos, restaurantes y cafés, ya que pudo o no gustarle a los lectores, pudo o no haber impactado, pudo o no haber causado mella o dolor.
Ahí está la famosa portada de Rafael Moreno Valle y de Javier López Zavala, la cual nos generó enemigos de ambos bandos en el 2010 y aquí seguimos vivos. Seguimos soportando los golpes, esquivándolos, metiendo jabs, cortos y varios golpes al hígado.
Levanto mi caballo de tequila y brindo por esta pelea que aún no ha terminado, una lucha de resistencia, de pasión, de energía, de tener que caer en la lona de vez en cuando pero lo más importante, no darse por vencidos.
Gracias a nuestros lectores en primer lugar, que por ellos existimos, a nuestros patrocinadores, a nuestros proveedores, a nuestros colaboradores y gracias a la vida que nos permite seguir vivos en este año que ha sido el más difícil de nuestra existencia.
Salud y éxitos.
¡Larga vida para 360 Grados y sus infaltables instrucciones para vivir en Puebla!