Las momias de Nazca que presentó Jaime Maussan en el Congreso de México el pasado 12 de septiembre como evidencia de vida extraterrestre, a las que llamó viajeros milenarios “no humanos” llegó a los oídos y ojos de la comunidad científica de México y decidieron convocar a la comunidad una conferencia que titularon: ¿Extraterrestres o esqueletos de llamas? Ante crédulos y charlatanes, la ciencia responde, que reunió a científicos de primer nivel como José Franco, doctor en Física e Investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM; Alejandro Frank, doctor en Física Matemática, que fue director del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM y fundador del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3); Gabriela Frías, Maestra en Filosofía de la Ciencia; Antonio Lazcano, biólogo especializado en la evolución temprana y en el origen de la vida, y Gustavo Medina Tanco, creador y actual Jefe del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX), del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, que desarrolló el Proyecto Colmena. Todos hablaron desde el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, en un auditorio abarrotado.
El doctor en Física Matemática y anfitrión del evento, Alejandro Frank, dijo hacia el final de la conferencia: “Ante los graves problemas que vivimos en México y en el planeta entero, empezando por el cambio climático, la guerra y las pandemias, es triste reunirnos para hablar de las fechorías de un charlatán profesional. No estamos aquí por las décadas de ridículas afirmaciones conspiracionistas de Jaime Maussan, sino por la invitación que se le hizo a hablar ante los diputados que ha dado la vuelta al mundo y puesto en ridículo y en entredicho la racionalidad y objetividad científica en nuestro país, incluyendo afirmaciones sobre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que creo que se han aclarado perfectamente el día de hoy. Lo que está en juego aquí es si nuestro país apostará por la ciencia o por las supersticiones y la charlatanería. Ante la urgente necesidad de acciones contra el cambio climático, que tiene que ver con la supervivencia e infraestructura; una polarización innecesaria y una ley de Ciencias retrograda, el Conacyt ha jugado un papel muy destructivo y hemos perdido años de trabajo, además que este no se ha manifestado acerca de estos hechos que han dado la vuelta al mundo rebautizando a las momias de Nazca como las momias mexicanas. Como decía el gran astrónomo Carl Sagan “La ciencia es una luz en la oscuridad”, particularmente en los tiempos que corren».
“Jaime Maussan utiliza su fama para vender productos milagro, de varios tipos y eso es un peligro, porque en su momento decidió vender productos para el COVID. La pseudociencia no es algo molesto, sino también peligroso”, dijo el fundador del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), Alejandro Frank, que invitó a apostar por la ciencia mexicana que es de “altísimo nivel, pero somos muy poquitos”.
“Hay que trabajar con los niños, porque a los niños no les estamos dando la oportunidad de participar», dijo Frank refiriéndose al programa PAUTA, el Programa Adopte un Talento (PAUTA) que fue ideado y desarrollado por un grupo de científicos y educadores de la UNAM, que tiene como fin acompañar y asesorar a estudiantes con habilidades para la ciencia. PAUTA surgió en el 2007 en el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM como iniciativa de los investigadores Jorge Hirsch y Alejandro Frank, con el objetivo de generar espacios y encuentros entre niños, niñas y adolescentes (NNA´s) que les guste e interese la ciencia.
El investigador del Instituto de Astronomía José Franco arrancó el panel con una presentación que tituló Vida en el Universo, donde habló del ADN, el ARN, las macromoléculas que codifican y almacenan la información genética de cada ser viviente; también de los elementos básicos requeridos para todo ser vivo; el agua, donde suceden las reacciones bioquímicas y el metabolismo. Habló de la química interestelar; los espectros en radio de estrella KL de Orión y del Cáusar del Trébol. “A la fecha se han detectado alrededor de 300 moléculas tanto en el medio interestelar como en las atmósferas de estrellas”. Habló de la exobiología, el área que estudia la posiblidad de vida fuera de la tierra; la búsqueda directa de vida microbiana en cuerpos celestes; meteoritos, Luna, Marte, Europa (Júpiter), Encélado (Saturno), y Venus. Y la indirecta con señales de radio; así como las botellas de naufrago como el mensaje de Arrecibo, las placas de los Pioneer; los discos de Oro de los Voyager 1 y 2; el mensaje desde Ucrania en 2008, hacia Gliese 876 o el mensaje en la Deep Space Network, con la canción Across de Universe, de Los Beatles, en 2008, en dirección a Polaris.
“Hayabusa 2 bajó a un asteroide, le dio un pellizquito al Asteroide Ryugu, regresó a la Tierra, y ya está en las manos de científicos de Japón, y de la NASA”, dijo José Franco. También mencionó la misión del brazo de Osiris-Rex, que se hundió más de medio metro en un asteroide. Las 9 sondas que bajaron a Marte, entre ellas la célebre Perseverance. “En ningún lugar se ha encontrado vida, y tampoco se ha encontrado inteligencia en el Congreso”, bromeó el doctor en Física, quien reconoció, en cambio, la labor del Doctor Navarro, químico y astrobiólogo del Instituto de Ciencias Nucleares, que creó el laboratorio de Química de Plasmas y Estudios Planetarios; también habló del Instituto de Astrobiología, de Ensenada, que tiene una sociedad.
“Somos la única forma de vida conocida en el Universo, eso no quiere decir que no haya otras formas de vida en otras partes del Universo, pero tampoco quiere decir que las haya”, dijo en su turno, Antonio Lazcano, biólogo especializado en la evolución temprana y en el origen de la vida. “Cuando uno especula sobre las posibilidades de vida en el Universo, necesariamente tiene que estar sujeto a las restricciones del único ejemplo de vida que tenemos en la Tierra, que no es resultado ni de un milagro, ni de un acto de creación espontáneo, sino que es resultado de un proceso”, explicó.
Gabriela Frías, Maestra en Filosofía de la Ciencia, hizo un resumen de lo que ocurrió en el Congreso de México, nombrándolo “un suceso pseudocientífico, que alude a nuestras fantasías, deseos y miedos». Esto fue lo que dijo Jaime Maussan, mientras un par de personas abrían, llave en mano, los ataúdes que contenían a los supuestos navegantes milenarios: “Son seres no humanos que no son parte de nuestra evolución terrestre y que, después de desaparecer no hay una evolución posterior», dijo Maussan en el Congreso. “De acuerdo con la Universidad Autónoma de México, quien realizó los análisis de carbono 14 estos seres tienen alrededor de 1,000 años de antigüedad, es decir, no se trata de seres que fueron recuperados en naves que son estrellamientos, sino que son seres que estaban sepultados en minas de diatomea, un alga fosilizada con 17 millones de años de antigüedad, es fitoplancton que abundaba en aquel tiempo, y, al desaparecer se fosilizó”, señaló Jaime Maussan. Frías explicó que, en nuestro planeta, se encuentran cada año unas 18,000 nuevas especies ”no humanas», aludiendo a la audiencia pública en el Salón Verde de la Cámara de Diputados.
También participó Corina Solís Rosales, investigadora del Instituto de Física de la UNAM, y jefa del Laboratorio Nacional de Espectrometría de Masas con Aceleradores (LEMA), donde habló del Método de Datación de Carbono 14 y ratificó lo que el Instituto de Física dijo en un comunicado emitido este 13 de septiembre de 2023, y publicado en 2017, derivado de la misma situación que ahora vuelve a ocupar la atención mediática. “En mayo de 2017, el Laboratorio Nacional de Espectrometría de Masas con Aceleradores (LEMA) realizó un estudio de datación por Carbono 14 a un conjunto de muestras que según la información proporcionada por el cliente eran de piel y de tejido cerebral de aproximadamente 0.5 gr, cuyos resultados fueron emitidos en junio del mismo año y entregados al usuario que lo solicitó. Por tratarse de un convenio comercial, estos resultados son confidenciales y ningún integrante del LEMA puede difundirlos”, dice el Instituto de Física. “El LEMA se deslinda de cualquier uso, interpretación o tergiversación posterior que se haga con los resultados que éste emite. En el caso del análisis de junio de 2017, cualquier información que implique la participación del LEMA en cualquier actividad distinta a la datación por Carbono 14, carece de total validez”, concluyó.
“La búsqueda de extraterrestres es uno de los más importantes de la astrofísica contemporánea a nivel mundial. Nos interesa saber cómo surge la vida, cómo evoluciona y una manera de hacerlo es encontrar otros lugares donde pudiera haber vida”, dijo Julieta Fierro a WIRED.
«Somos conscientes de que la posible existencia de vida o civilizaciones más allá de nuestro planeta despierta un gran interés en la población. Por esta razón es fundamental abordar y analizar este tema con el respaldo de instituciones de investigación científica, y siguiendo los rigurosos estándares éticos inherentes a la investigación», subraya la postura de la UNAM. En su comunicado, el Instituto de Astronomía enfatiza que «los científicos son los principales impulsores de la búsqueda de vida extraterrestre y continuarán explorando este campo con la diligencia que la ciencia exige».
En este contexto, cabe recordar que cualquier afirmación de tal importancia requiere respaldo evidencial y debe someterse a un proceso de confirmación por pares para asegurar su credibilidad y validez en la comunidad científica y académica. La ciencia y el rigor son fundamentales para el avance del conocimiento y la toma de decisiones informadas.
(Con información de Wired)