El Mundo
Una de las vacunas experimentales contra el COVID-19 más avanzadas, la desarrollada por la Universidad de Oxford, ofrece resultados esperanzadores para poder frenar la peste del nuevo coronavirus.
La inyección genera una fuerte respuesta inmune sin provocar efectos adversos graves, según los datos de su primer ensayo en humanos, publicados este lunes en la revista médica The Lancet.
Más de mil voluntarios sanos en el Reino Unido han participado en las pruebas que comenzaron en abril.
La vacuna experimental está elaborada a partir de una versión debilitada de un adenovirus del resfriado común de los chimpancés. El virus está modificado genéticamente para impedir su multiplicación y añadir genes con las instrucciones para fabricar solamente las proteínas de la espícula del coronavirus, las protuberancias que le dan su característica forma de maza medieval y que además sirven de llave para entrar en las células humanas.
Estas proteínas ajenas generadas por la vacuna entrenan al sistema inmune y, según muestran los nuevos resultados, provocan la creación de una doble barrera: anticuerpos neutralizantes, que bloquean las partículas extrañas, y linfocitos T, un tipo de glóbulo blanco que destruye las células infectadas. Estas defensas se mantenían casi dos meses después del inicio del estudio.
El objetivo de este primer ensayo con más de mil personas de entre 18 y 55 años era descartar posibles efectos adversos graves, ajustar la dosis y medir la respuesta inmune generada por la vacuna.
La Universidad de Oxford y la farmacéutica británica AstraZeneca ya han comenzado una última prueba con decenas de miles de personas para certificar que la vacuna es efectivamente segura y evita la enfermedad.
El proyecto ha iniciado un ensayo con unas 15.000 personas en el Reino Unido, pero la actual escasez de infecciones en la región dificulta demostrar que la vacuna protege.
Además, Oxford ha anunciado otra prueba con 5.000 voluntarios en Brasil y otra con 2.000 en Sudáfrica.
La propia farmacéutica AstraZeneca reconoce que puede que la vacuna finalmente no funcione, pero ya se ha comprometido a fabricar más de 2.000 millones de dosis, con 400 millones de dosis para la UE que empezarían a llegar a finales de este año.