Los llamados influencers han llegado a situaciones ridículas, delincuenciales, de acoso, muchos de ellos no aportan mas que basura para un público que no exige y demanda calidad. No queremos sonar clasistas o discriminatorios pero es la verdad.
Ahí está el escándalo de Yosstop, quien se encuentra en la cárcel porque describió un acto de violación sexual y acusó a una víctima públicamente, defendiendo a los criminales. Y así nos hemos topado con muchos, por ahí había un aspirante a candidato que corre carros en las ciudades sin límite de velocidad y que fue captado en un baño consumiendo sustancias tóxicas.
Para todo eso ya hay una salvación, una nueva tendencia que consiste en influir positivamente en los internautas.
Leer un libro en la actualidad ha dejado de ser una actividad solitaria. Atrás quedaron los tiempos en los que tu opinión sobre una lectura se quedaba en el olvido, porque nadie a tu alrededor leía, ni en la familia, ni en la escuela, ni mucho menos los amigos. Era difícil encontrar un club de lectura que te retroalimentará con sólidos argumentos y nuevos títulos.
Gracias a las redes sociales como Youtube y Tik Tok, ahora se extiende una comunidad fuerte de lectores, impulsada por los Booktubers y los booktokers.
Los influencers que valen la pena seguir
Alberto Villarreal, escritor, booktuber y booktoker, recomienda libros y organiza clubes de lectura donde decenas de sus seguidores platican sobre novelas, cuentos, ensayos, poemas. De esta manera enriquecen su comprensión de lo leído con puntos de vista de otros compañeros de afición.
Este escritor del libro Ocho lugares que me recuerdan a ti, se ha convertido en uno de los influencers literarios más conocidos de México.
Su carácter afable y excelente retórica son un faro para miles de jóvenes que siguen sus consejos no solamente de libros, sino también de cómo desarrollar el oficio de escritor.
“Me he topado con muchas personas que les encanta escribir, pero no saben cómo empezar”, detalla.
A conquistar nuevas audiencias en TikTok
Villarreal recientemente se ha convertido en booktoker. A través de videos de unos 15 segundos llama la atención de la gente para leer algún libro.
Por ejemplo, en ese limitado tiempo ha leído poemas cortos o frases impactantes de algún ejemplar que esté leyendo.
“Tiktok me parece una red social bastante interesante. He hecho algunos videos de libros y les ha ido muy bien, pero realmente creo que no funcionan tanto para promover la lectura como el contenido de YouTube”, opina este escritor.
Su estilo es más de charla, el cual puede desarrollar con más amplitud en videos de Youtube con una duración de 10 minutos. En este contexto se siente más cómodo, quien también es mercadólogo egresado de Tecmilenio.
Alejandra, la Sputnik de los lectores
Alejandra Arévalo es otra booktuber y booktoker que se abre camino en las redes sociales. Es conocida en internet con el nombre Soy Sputnik, no por la vacuna, sino por el significado de la palabra: compañero, en ruso. Su proyecto lo considera un compañero para los lectores.
Esta influencer literaria quiere acabar con la idea de que, si no se termina de leer un libro, entonces se está cometiendo un pecado contra la intelectualidad. Nada de eso, de acuerdo con Alejandra, porque simplemente es preciso entender que existen libros que no conectan con el lector.
“Tenemos el derecho de que un libro no nos guste, pero eso no significa que no nos va a gustar ninguno. También tenemos el derecho de enamorarnos de un libro o de un autor y querer seguir leyendo solo eso”, aconseja Alejandra sobre todo a los primeros lectores en entrevista con Tec Review.
Alejandra Arévalo es egresada de Letras Mexicanas, de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), ha asumido la creación de videos de recomendaciones literarias como un apostolado para incrementar la cantidad de lectores en México.
Esta tendencia de alguna forma aumentó el porcentaje de población lectora de libros. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre 2016 y 2021, el porcentaje de lectores de libros en formato digital pasó de 6.8 a 21.5%; los lectores de revistas subieron de 2.6 a 21.6 % y los de periódicos digitales, de 5.6 a 21.3 %. Falta mucho, pero las cifras son alentadoras.
Además, el promedio de libros que leyó la población adulta lectora en los últimos 12 meses fue de 3.7 ejemplares, cifra que no se conseguía desde 2017.
Con información de: Tecreview