Resulta ser que a finales de la segunda década del Siglo XX en México, aparecieron grandes muralistas, pero todos eran hombres. Esto fue aprovechado después por el PRI y el gobierno para institucionalizar este arte. En las escuelas públicas de muchas regiones del país, así explicaban la lucha armada de la revolución y hasta la justificaban.
Lamentablemente, lo usaron con el fin de imponer una nueva forma de gobierno más allá de verlo como un arte, pero qué hubiera pasado si las artistas fueran mujeres, tenemos la idea de que seguramente hoy seríamos otro país más avanzado.
Apenas hace 130 años, las mujeres vivían en la sumisión, complacencia u obediencia que hoy nos parecen tan indignantes. Su valor radicaba en las actividades domésticas y la maternidad, y su aportación cultural e intelectual a la esfera pública estaban completamente silenciadas.
¿Se imaginan si las mujeres hubieran tenido esa libertad creativa? Hoy tendríamos impresionantes obras de arte con una perspectiva de los tiempos anteriores completamente diferente. Pinturas, escritos y esculturas con detalles que los hombres obviaron.
Existe una deuda histórica con el trabajo artístico de las mujeres, en especial con las muralistas. Su paso por uno de los movimientos culturales más importantes en México se ha registrado desde un papel secundario. Te presentamos la obra de mujeres talentosas que abren nuevas vertientes sobre la historia del muralismo en nuestro país.
Electa Arenal
(1935-1969)
Extraordinaria escultora, muralista y poeta a quien, tristemente, la vida le dio poco tiempo para realizar su obra. Fue hija de la artista Elena Huerta. Como muralista se formó junto con su madre, a quien asistió en los frescos de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro en 1951, y con Diego Rivera, con quien trabajó en los murales exteriores del Estadio Olímpico de la Ciudad Universitaria y del Teatro Insurgentes entre 1952 y 1954. Como muralista independiente realizó obra en Cuba, animada por los ideales de la flamante revolución cubana. Entre 1961 y 1965 realizó una prolífica obra que incluye los murales escultóricos Canto de la revolución (1962), Átomos y niños (1963) y Revolución cubana (1965).
Rina Lazo
(1923) Guatemala
Radica en México desde 1946. Se inició en el muralismo a mediados de la década de 1940, cuando asistió a Diego Rivera en la obra Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947) del Hotel del Prado. En 1949 realizó Los cuatro elementos, obra en temple para la Logia Masónica del Valle de México. En 1954, pintó en Guatemala, en el comedor del Club Italiano de la capital, el fresco titulado Tierra fértil. Posteriormente, el recinto se transformó en la escuela de restauración y, en 1981, el mural se limpió, fue desprendido de la pared con la técnica del strappo y se colocó en un panel transportable. Fue donado y trasladado a la Universidad de San Carlos, donde se encuentra hasta la fecha, y se reinauguró en 1989.
Fanny Rabel
(1922-2008) Polonia
En 1942, estudió en La Esmeralda, se integró al grupo de los «Fridos» y con ellos realizó sus primeras incursiones en la pintura mural. Su muralismo no fue de raigambre predominantemente política, como era el de la mayoría de los artistas de la escuela mexicana, sino más bien de absoluta emotividad, probablemente derivada de las enseñanzas de Frida. Sostenía que, para ella: “la pintura fundamental ha sido el Muralismo”. Rabel logró realizar pinturas murales de un extraordinario valor estético e histórico. Su primera obra individual fue Alfabetización (1952), pintada para la imprenta Etiquetas e Impresos de Coyoacán, actualmente desaparecida. En 1957, el Centro Deportivo Israelita (CDI) de la Ciudad de México le comisionó una importante obra mural, que tituló Sobrevivencia de un pueblo por su espíritu.
Aurora Reyes
(1908 – 1985) Chihuahua, México.
Fue una figura central del renacimiento cultural de la década de 1930. Su abuelo, el general Bernardo Reyes, había dirigido en 1913 la revuelta contra el presidente Francisco I. Madero conocida como la decena trágica. Reyes tuvo su primera exposición individual de dibujo en 1925, y desde 1927 comenzó a ganarse la vida como maestra de arte en escuelas públicas. En1936, fue miembro fundador de la LEAR y comenzó a frecuentar a algunos de los artistas intelectuales más destacados de la época, como Frida Kahlo. El mural del pasillo de la entrada, realizado entre 1934 y 1936, se encomendó a un grupo de artistas plásticos miembros de la LEAR, donde se encontraba Reyes.
Elvira Gascón
(1911-2000) Almenar, provincia de Soria, España
Recibió una sólida formación artística en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y cuando se aprestaba a comenzar su trabajo como artista, estalló la guerra civil española. Como ilustradora y pintora, sus intereses principales fueron el desnudo humano y la representación de animales. Aunque nunca tomó cursos de muralismo, aprendió en la práctica y contó con el consejo de su amigo José Chávez Morado, quien la asesoró en sus primeras obras. Gascón realizó numerosas pinturas murales, muchas de ellas, en iglesias y conventos, y algunas otras en muros exteriores de edificios públicos y privados, principalmente de la Ciudad de México.
Elena Huerta
(1908-1997) Coahuila, México
Apodada “la Nena Huerta,” se le conoce, con justa razón, como la autora del mural más grande realizado por una mujer en la historia del arte mexicano. Realizó dos obras principales: la del Auditorio de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, en Coahuila (1952), y la ubicada en la entonces Presidencia Municipal de Saltillo, actualmente Centro Cultural Vito Alessio Robles, pintada de 1973 a 1976. El primero se llama, La escuela en el campo, de 6 x 6 metros, donde contó con la asistencia de su hija Electa Arenal y de Eloy Cerecero. Para el segundo, algunas de sus asistentes fueron mujeres: María Romana Herrera y la Chacha Martínez Morton.
Regina Raull
(1931) España
Se trasladó con su familia a México cuando tenía tan sólo seis años. Cursó la carrera de Bellas Artes en la Academia de San Carlos. Raull realizó una amplia obra mural. Destacan La educación en la época mexica para el Museo Nacional de Antropología, y ubicadas en distintos hospitales, Atención y rehabilitación del niño y El origen de la vida. Cabe mencionar que para la Navidad de 1971 realizó doce murales luminosos para la Ciudad de México, que contenían distintas figuras conformadas por focos de colores en movimiento.
Maris Bustamante
(1949) Ciudad de México
Estudió artes plásticas en La Esmeralda, y como profesional ha realizado alrededor de veintiún exposiciones individuales y más de novecientas colectivas, tanto nacionales como extranjeras. Ha incursionado en prácticamente todas las disciplinas plásticas: dibujo, pintura, mural, grabado, arte-correo, arte objeto, libro de artista, escenografía para teatro, cine, publicidad y diseño para televisión. En 1973, cuando Maris todavía era estudiante, creó la obra titulada Homenaje a Belisario Domínguez como parte de sus prácticas del taller de muralismo. El entorno educativo, particularmente el de las escuelas primarias, fue propicio para el trabajo de los artistas jóvenes y de las mujeres en más de una ocasión. En este caso, la Escuela Primaria Dr. Belisario Domínguez brindó a Bustamante y a otros pintores en proceso de formación la oportunidad de llevar a la práctica una pintura mural pública.
Valetta Swann
(1904 – 1973) Londres – México.
En 1942, Swann se estableció en México. Presentó alrededor de sesenta exposiciones individuales, siete de ellas en la sala internacional del Palacio de Bellas Artes. De su obra primitiva mexicana destacan distintas series de temas relacionados con la vida rural en pequeños poblados; la artista se centra en las fiestas tradicionales. Su segunda etapa creativa mexicana podría ser calificada como “de sublimación”. A esta etapa de madurez artística pertenecen sus obras murales Sinfonía cósmica (1960), de propiedad privada, y Las delicias (1964), creada para el Museo Nacional de Antropología. La primera de estas fue inspirada por la conjunción de mitología, historia y tradiciones del Popol Vuj, la segunda es fruto de su profunda observación de la vida cotidiana de las campesinas. Las mujeres representadas por Swann están vestidas con traje de uso diario.
Sylvia Pardo
(1941 – 2008)
Realizó numerosas obras públicas: un mural en el techo del Pent House en la avenida Chapultepec (1973, desaparecido); una obra en el Senado de la República (1974); murales en el zoológico de Chapultepec (1975, desaparecidos); murales para Vanity (1977); un mural en el Cuartel General de Guardias Presidenciales (1981). Su repertorio temático se caracteriza por retratos, autorretratos, desnudos, pinturas eróticas y surrealistas, paisajes en los que misteriosos personajes alados habitan junto a pájaros de fuego en fantásticos laberintos y vecindades.
Todos los fragmentos reproducidos pertenecen al libro Eclipse de siete lunas. Mujeres muralistas en México de la investigadora Dina Comisarenco, editado por Artes de México. Consíguelo a través de la página web de la editorial: catalogo.artesdemexico.com.
Todas las imágenes fueron publicadas en Comisarenco, Dina, Eclipse de 7 lunas. Mujeres muralistas mexicanas, México, Artes de México, 2017. Todos los Derechos Reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de estas imágenes por cualquier medio o procedimiento sin la previa autorización por escrito del editor y de quien ostente los derechos patrimoniales.
Con información de Cultura Colectiva / Fotos: Cortesía