Por: Psic. Abihail Solís Hernández
El suicido es el límite último de la depresión y su consumación representa terminar con la vida por diferentes medios: ingesta de medicamentos, ahorcamiento, corte de venas, armas de fuego, tirarse de las alturas o ser arrollado por un vehículo.
Sin embargo, todos estos intentos en ocasiones fallan y es posible salvar la vida de la persona. Algunos utilizan el suicidio como un medio de chantajear, manipular, demandar atención o solicitar ayuda.
Las personalidades conocidas como histriónicas o histéricas llegan al intento suicida, pero lo hacen para no quitarse la vida, sino para llamar la atención, aunque a veces se les pasa la mano y acaban muy graves o pierden la vida. Por ello, nunca hay que confiarse en que solo son actos sin importancia.
Las personas que se suicidan no quieren dejar de vivir, lo que verdaderamente quieren es dejar de sufrir, pero su estado mental, depresivo les impide pensar en otras soluciones y se fijan únicamente en los aspectos negativos de su vida, sin poder ver ni uno solo positivo, es como si no los tuviera.
INDICADORES DEL SUICIDIO
Este fenómeno aparece cuando la persona no es capaz de expresar verbalmente lo mal que se está sintiendo, por lo que es importante estar alertas.
- La persona dice cosas como “todo el mundo estaría mejor sin mí, no sirvo para nada, sería mejor que me muriera”
- Existe preocupación por la muerte, la persona habla o escribe sobre temas relacionados con la muerte, por ejemplo: escribir poemas o cartas.
- Entrar en periodo contento y relajado después de haber pasado una depresión grave.
- Cuando una persona aún deprimida disminuye su atención y concentración está más propensa a accidentes. Por ejemplo: choques por conducir a alta velocidad.
- Cuanto mayor es el estado de depresión mayor es el riesgo de actos suicidas.