La pluma de Élmer Mendoza (Culiacán, 1949) se ha caracterizado por ser una de las más camaleónicas de la literatura mexicana. A caballo entre distintos géneros, su obra se ha ganado un lugar de honor entre las mejores del presente.
La aparición de Un asesino solitario en 1999 fue un verdadero acontecimiento en el panorama literario de lengua española. Desde aquel momento, inició un reinado dentro de las novelística en lengua española, compartido con Daniel Sada hasta su muerte en el año 2011.
El cuento, sin embargo, fue para Mendoza su primer amor y a él volvió tras una pausa de 17 años: en 1992 publicó El amor es un perro sin dueño, un hilarante libro de relatos que gozó de una pequeña distribución. Fue hasta 2009 que volvió al relato corto con Firmado con un klínex (Tusquets), integrado por 13 historias que gozan de un trabajo de lenguaje hábil e ingenioso. Sinaloa vuelve a ser el escenario de las historias de su más fiel narrador.
Se trata de un libro breve desde su volumen: 106 páginas de un ritmo vertiginoso que lleva al lector de la mano por episodios tan violentos como poéticos, inevitable sello de la narrativa mendociana.
Cuatro relatos de la primera mitad del libro dan cuenta del mecano verbal que representa este libro, estos son: “Rompecabezas”, “Si te vas a enamorar que sea de alguien así”, “Cuerpo” y “Postal para Diego Luna”. Si de una combinación perfecta entre brevedad y genialidad hablamos, «Plop» es el mejor ejemplo; son apenas 5 líneas en las que la pícara referencia al cuerpo femenino es convertida en un juego de apreciación intensa.
«Firmado con un klínex», relato que da nombre al libro entero, es la pieza más ambiciosa y mejor construida de este volumen. El ya famoso detective Édgar «el Zurdo» Mendieta es el protagonista de una historia policiaca (¿de qué otro tipo?) en la que debe resolver el intrigante misterio de una ola de suicidios en Culiacán; artistas, esposas de políticos y prostitutas por igual se cuentan entre las víctimas de la epidemia mortal. Al final, resulta una metáfora perfecta del consumismo y la enajenación que provoca la publicidad; por otro lado, para Mendoza esta es una historia particularmente querida pues, según cuenta, fue el origen del personaje detectivesco que consagraría en su galardonada novela Balas de plata (Tusquets, 2012).
«Gard» es otra pieza magistral breve e intensa, en la que dos hombres, un italiano y un francés, discuten los resultados en la víspera de la final de un mundial de futbol. Una moderna Mata Hari es la protagonista oculta del cuento «La casa de las sirenas», en el que un asesino a sueldo debe encontrar y eliminar a la Emperatriz Sissi, no sin antes quedar fascinado por sus encantos y llevándolo a un final muy distinto del que esperaba.
Conocer la faceta cuentística de Élmer Mendoza es una oportunidad imperdible para sumergirse en una de las mejores prosas de la literatura contemporánea. Vale la pena.