No hay un Mundial de Ajedrez más accidentado que el que disputaron el héroe ruso Anatoly Karpov y el “traidor” Viktor Korchnoi en 1978. El duelo duró tres agotadores meses, del 18 de julio al 18 de octubre de 1978, y se celebró en la Filipinas del dictador Ferdinand Marcos. La película ha tardado más de cuatro décadas en llegar, pese a que la historia contaba con todos los ingredientes necesarios: parapsicólogos, hipnotizadores, sectas más o menos venenosas y yogures con supuestos mensajes en clave.
Lo que ocurrió en el tablero solo lo entienden bien los buenos aficionados al ajedrez, pero la tensión y la guerra de nervios, menos fría que la de Reikiavik entre Fischer y Spassky seis años antes –retratado parcialmente en ‘El caso Fischer’–, han permitido escribir un guion en el que no hace falta exagerar ni fabular para atrapar al público. Por su fuera poco, la evolución del marcador también fue digna de las mejores historias deportivas, con cotas de emoción difíciles de gestionar para ambos grandes maestros.
“Campeón del mundo”, que ha contado con un presupuesto de 8 millones de euros, se estrenará en Rusia el 30 de diciembre. Todavía no tiene distribuidora en España. Dirige la película Aleksey Sidorov, un cineasta aficionado a las gestas históricas que también dirigió alguna miniserie notable, como ‘Brigada’. Además de inspirar la historia, Karpov ha colaborado como consultor. No se sabe si Korchnoi habría tenido la misma oportunidad, si no hubiera fallecido en 2016, a los 85 años.
Una gran noticia es que el productor es el gran maestro del cine Nikita Mijalkov, director, guionista y actor principal de la oscarizada “Quemado por el sol” y responsable de grandes títulos, como “Ojos negros”, “Urga, el territorio del amor” y “El barbero de Siberia”, entre muchos otros.
La increíble historia real
Lo que ocurrió en la ciudad filipina de Baguio en 1978 no se le habría ocurrido a ningún guionista. Los antecedentes son importantes. Tres años antes, Karpov se proclamó campeón mundial cuando Bobby Fischer se negó a defender su título, al menos según las reglas de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Para alcanzar esa final, el héroe ruso había derrotado en ‘semifinales’ precisamente a Korchnoi, que ya mantenía unas relaciones extremadamente tensas con su país.
En los ambientes ajedrecísticos, se espera con gran expectación esta película. El tamaño de la producción y el hecho de que sea una película rusa, donde el ajedrez es respetado y conocido, hacen concebir grandes esperanzas. Además, los grandes nombres que hay detrás también invitan al optimismo. Todos confían en que no se repita el pequeño fiasco que supuso “El caso Fischer”, pese al lujo y el gran reparto con el que rodada.
Con información de Abc.es