Reuters | El País | Pablo Guimón
Ovidio Guzmán López, alias El Ratón, hijo del narcotraficante El Chapo Guzmán, que ha sido detenido y posteriormente liberado en Culiacán por las autoridades mexicanas, desbordadas por el poder de los criminales que sembraron el terror en la capital de Sinaloa, está acusado en Estados Unidos de conspiración para traficar con drogas.
El pasado 21 de febrero, el Departamento de Justicia estadounidense publicó una acusación contra Ovidio y su hermano Joaquín Guzmán López, alias El Güero, por delitos de conspiración para distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana para exportar a Estados Unidos. Son dos de la decena de hijos que tiene El Chapo, recluido en una prisión de alta seguridad estadounidense tras ser condenado a cadena perpetua en Nueva York el pasado mes de julio, por su papel como líder del sanguinario cártel de Sinaloa. Joaquín y Ovidio, de 34 y 29 años, respectivamente, tendrían que ser extraditados a Estados Unidos, como lo fue su padre en febrero de 2017, para ser juzgados por dichos cargos de los que les acusa un gran jurado.
“Desde aproximadamente abril de 2008” y en “México, Estados Unidos y otros países”, dice la acusación, de cuatro páginas, los acusados “intencionadamente, a sabiendas y obstinadamente” conspiraron para distribuir cinco kilogramos o más de cocaína, 500 gramos o más de metanfetamina y 1.000 kilogramos o más de marihuana. El caso está asignado al juez Rudolph Contreras del Distrito de Columbia, en Washington DC.
Los fiscales encargados del caso son Anthony Aminoff, uno de los firmantes del escrito de acusación, y Anthony Nardozzi, ambos de la división de Narcóticos y Drogas Peligrosas. Los fiscales habrían pedido, a través del Departamento de Estado, la extradición de Joaquín y Ovidio Guzmán López el mes pasado. El presidente López Obrador ha confirmado que la orden de aprehensión de Ovidio Guzmán era con fines de su extradición a Estados Unidos.
Durante el juicio de El Chapo, en la corte federal de Brooklyn, los fiscales aseguraron que los hijos del narco desempeñaron un papel de facilitadores de la fuga de su padre de una prisión de máxima seguridad en Juárez, México, en 2015. Tras el encarcelamiento de su padre, la importancia de Joaquín y Ovidio en el cártel de Sinaloa habría crecido pero sería menor que la de otros dos hijos de El Chapo, Iván y Jesús, que estarían dirigiendo la aún activa organización criminal, según los investigadores, junto con El Mayo Zambada.