Uno de los youtubers con más seguidores de España, Jordi Wild tuvo como invitado a uno de los escritores más vendidos en lengua española, Pérez Reverte. Durante 2 horas 45 minutos hablaron de lo divino y de lo humano.
Más allá de lo que implica esa conexión de mundos y generaciones sin pasar por los medios tradicionales, hay una respuesta del escritor que merece especial atención.
Durante el transcurso del programa, Wild, que conduce uno de los podcast más amenos y seguidos, suelta una frase que no por repetida deja de sonar como un lamento: “Casi nadie lee”.
La respuesta de Reverte —“yo también leo menos ahora”— sorprende menos al entrevistador que la réplica de su entrevistado a la siguiente pregunta:
—“¿Y no es dramático?”—, inquiere Wild.
—“No, no es dramático, Jordi. El mundo evoluciona”.
La respuesta deja a Wild descolocado. Reverte, pragmático, se lanza a consignar que el mundo siempre ha necesitado relatos. “Durante mucho tiempo fue la novela”, explica, “pero en el siglo XXI el soporte es otro”. Y, entonces, justo después de una pequeña pausa, es cuando viene la bomba:
—“Si yo fuera un joven escritor, escribiría guiones para videojuegos”.
Ya no hay vuelta atrás. Ya está dicho. Reverte abunda durante unos minutos en la idea (“de aquí a 20 años el libro será un objeto de culto”; “la novela está sentenciada, físicamente y como concepto”), pero la noción principal ha quedado clara: el mundo cambia, los jóvenes buscan nuevos formatos para explicarse su propia existencia, el videojuego ofrece posibilidades narrativas infinitas.
Dos videojuegos que son una genialidad
Los videojuegos, Disco Elysium (ZA/UM) y Outer Wilds (Mobius Digital) se convirtieron en dos cumbres narrativas muy distintas entre sí. El primero es una aventura gráfica ambientada en una distopía al estilo soviético que mezcla thriller, humor e introspección psicológica.
El segundo, una aventura en primera persona de exploración espacial que nos confronta con los orígenes del universo y las implicaciones del ser. Cada uno reivindica una forma diametralmente opuesta de encarar la escritura de videojuegos.
Con obras como las mencionadas, con las posibilidades que juegos así son capaces de desplegar, hay que dar la razón a Reverte: la Literatura (signifique esa palabra lo que signifique) no corre peligro de cara al futuro. El inconveniente, finaliza el escritor en el podcast de Jordi Wild, es el consumidor. “El problema vendrá si el lector no le exige al videojuego, al podcast, o al soporte que sea, calidad y contenido con profundidad. El problema vendrá”, termina, “si el lector se vuelve idiota y superficial”.
Si quieres ver algo de la entrevista dale clic:
Con información de El País