El próximo jueves, en el Poder Legislativo local, se aprobará la Ley Estatal contra el Ciberacoso, presentada desde noviembre por el diputado local José Luis García Parra. Dicha normativa será la primera a nivel nacional en prevenir y sancionar el acoso vía internet de un adulto a un menor, el asedio sistemático en redes a ciudadanos y la extorsión por medio de la web —delitos que, hasta hoy, no están contemplados en ningún código penal del país.
Y a todos aquellos que esta semana griten que es una nueva ley mordaza: paren su carro. Esta normativa no atenta contra la libertad de expresión, la crítica, la discusión pública, el disenso, la denuncia contra funcionarios públicos ni contra la argumentación.
La ley elaborada por García Parra es totalmente de avanzada y servirá para evitar y sancionar que nuestros hijos sean víctimas de secuestro, trata, acoso sexual, engaño; que se aplique justicia contra quienes atacan constantemente, desde el anonimato, a los usuarios de redes sociales o de internet, y contra quienes extorsionan o estafan usando dicha herramienta.
Por primera vez, se castigará con claridad el grooming (acoso y abuso sexual en línea contra menores de edad), el robo de identidad, la extorsión digital y el acoso sistemático.
Se trata de crear protocolos para que el Gobierno de Puebla, la Fiscalía y el Poder Judicial actúen de manera clara, con procedimientos muy específicos que protejan a la niñez, la adolescencia y a los ciudadanos en general.
¿Cuántos casos hemos visto, o de cuántos nos hemos enterado, sin que se aplique la justicia? Muchísimos.
Es importante reiterar que no es una ley mordaza ni una ley de censura —como seguramente habrá quien lo grite—, porque no atenta ni va contra los Derechos Humanos en lo que respecta a la libertad de expresión e información. No se contrapone con los preceptos constitucionales, ni pretende regular medios ni opiniones en internet. No hay que desvirtuar ni caer en campañas fuera de lugar que, seguramente, surgirán.
Además, cuando se presentó el proyecto de iniciativa por parte de García Parra —hoy Coordinador del Gabinete del gobierno estatal y legislador con licencia— fue analizado y respaldado por todas las fracciones parlamentarias.
De hecho, a dicha iniciativa se sumaron 36 diputados, entre ellos Fedrha Isabel Suriano Corrales, de Movimiento Ciudadano; Delfina Pozos Vergara, del PRI; Marcos Castro Martínez y Celia Bonaga Ruiz, de Acción Nacional; además de los diputados de Morena, PT, Verde Ecologista y Fuerza por México.
Ni los opositores al gobierno morenista se negaron a sancionar el grooming.
Dicha ley será parte del legado armentista, porque el hombre de mayor confianza del gobernador —como todos sabemos— es García Parra, o “El Choco”, como le llaman cariñosamente sus familiares y amigos.
Sobre las cuentas anónimas
Un tema al que los verdaderos periodistas deberíamos prestar atención es el de las cuentas anónimas. Y si bien es un asunto que merece una columna más amplia, quienes nos dedicamos a escribir, reportear e informar debemos poner un alto a esas cuentas falsas que se crean desde el anonimato para denostar, criticar y acosar a políticos y ciudadanos. Porque, al final, nosotros firmamos lo que decimos, damos la cara, no nos escondemos.
Esas cuentas, que han sido creadas en muchos casos desde el poder y alimentadas económicamente, dañan el debate público y no asumen consecuencias jurídicas, como sí lo hacemos quienes ponemos nuestro nombre en lo que informamos.
Es un tema aparte, pero es necesario ir señalando a esos personajes que crearon esas cuentas falsas o anónimas, y que incluso trabajan desde los tiempos de Marcelo García Almaguer, de Peña Nieto (Peñabots), y un largo etcétera (tú sabes quién eres).