Las presentes campañas electorales están aburridas, sin chiste, grises, anodinas y sin nada qué aportar de ninguno de los dos bandos más importantes: Morena y PAN. Las encuestas que han sido publicadas aseguran que Lalo Rivera gana con una diferencia de dos dígitos la elección. En tanto que por el equipo de Claudia admiten que están cerrados los números pero que la diferencia es de entre 4 a 5 puntos de distancia a favor de la alcaldesa con licencia.
Claudia Rivera dijo que presentaría los estudios demoscópicos que dice que triunfa y hasta la fecha ha incumplido.
Los candidatos de Morena a diputados locales y federales están perdidos quien sabe quiénes sean, solo René Sánchez Galindo sí ha salido más en la actividad pública, así como Sandra Ortiz que va por el Partido Verde.
Los candidatos del PAN a diputados federales están para llorar, solo quieren llevar todo contra Claudia Rivera, para ellos ni el presidente ni el gobernador ni lo que se ha hecho en la Cámara de diputados federal es importante. Quizá solo les quedan perfiles como Ana Tere Aranda y Humberto Aguilar, que si bien han sido cuestionados por su pasado, son los que saben más de política y podrían aportar algo al debate nacional.
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Los candidatos a diputados locales por Acción Nacional están peor. Esos solo replican como loritos; suben fotos en algún lugar perdido en la ciudad a sus redes sociales como si cualquier internauta estuviera interesado o preocupado porque ya recorrieron una Junta Auxiliar o porque están repartiendo volantes en un crucero.
Las campañas de todos principalmente son en redes sociales y en particular Twitter. La Coalición va por México ha contratado spots en televisión y radio y muchos aún se basan en subir su información a diarios locales, portales de noticias, outlets y algunos por medio de whastapp o Telegram.
El problema de Twitter es que la influencia es a grupos que ya tienen definido su voto. En Puebla no ha funcionado la estrategia de Q Anon, así que es una guerra de burócratas, militantes, bots y medios de comunicación que hayan sido contratados o simpaticen con algún candidato.
Las campañas en Facebook e Instagram son carentes de contenido y se necesita un programa muy, muy bueno para que rompa las estadísticas e influya, situación que en Puebla pues no habita Howard Stern y los mal llamados influencers, honestamente, o le hacen al pensamiento mágico o corren carros de manera clandestina o son chicas que se ven sexys en sus fotos, pero nada más.
Morena sí será calificado en las urnas en Puebla y sus alrededores. El PRIAN sigue con su fama de transas, moches, desvío de recursos públicos, puesto que no ha cambiado en nada. Morena como partido se convirtió en todo aquello que criticaba así que las votaciones solo serán de estructuras.
Al carecer de una gran oposición, al carecer de emociones, de un discurso que provoque que la gente se vuelque a las urnas el próximo seis de junio, el abstencionismo será altísimo. Estarán en las urnas solo los votos duros: ahí tiene ventaja el PAN y las estructuras, ahí tiene ventaja Morena.
Las campañas no se vieron afectadas por los escándalos mediáticos, sólo han pegado los temas de Saúl Huerta, acusado de pederastia y la caída de la línea 12 del metro de la Cdmx. Lo demás es más para consumo del círculo rojo, tarda para que bajen a las colonias las acusaciones y las guerras de lodo a las colonias populares, las casas de las señoras copetonas y muy fifís, además, siempre se olvidan los escándalos terminando las campañas.
Vamos que estas campañas son de bostezo. Nadie levanta y como los políticos son muy narcisistas piensan que están en el ojo del huracán, pero no es así.
Esto da mucha hueva.
Si un candidato no invierte en el día “D”, si piensa que esto es una verdadera democracia, lamento decir que estaría perdido. Para ganar una elección se necesita dinero, dinero, dinero, dinero y más dinero. Lo otro solo es cuando van personajes como Fox o López Obrador a las urnas.
Para que se mueva la estructura se necesita aceitar la máquina y la forma en la no salga a operar es que alguien se transe la lana, que los operadores que contrataron sean pésimos o que haya una división tal en cada partido que se queden en sus casas a ver cómo se hacen pedazos los demás.
¿Por qué es tan importante esta elección en el caso de la Angelópolis?
Porque si pierde Lalo Rivera Pérez su carrera política regresaría al ostracismo por un rato. Si Claudia Rivera pierde tendría que buscar un espacio a nivel federal para que no la toquen y obviamente, Gabriel Biestro trataría de tomar el control de ese partido.
No es la madre de las batallas este seis de junio en la aldea, pero al menos sí definirá rumbos, ya que cualquiera de los dos se sentirá listo para ir por la gubernatura de Puebla.
¿Quién ganará? Quien tenga cómo operar, con qué operar y que sepa hacerlo. Los románticos no juegan en estas elecciones.